VILLAYÓN (ON THE ROAD AGAIN), 30-7-09

 

 ¡ Qué hay de nuevo viejo.................! Pues sí, ha pasado más de un año desde mi anterior crónica. No es que no haya usado nada la moto, muy poco para lo que me hubiera gustado, pero no me he lanzado a la descubierta de ninguna zona nueva para realizar la pertinente crónica. Retomo mis andanzas con una ruta hacia una zona que hacía tiempo que tenía ganas de visitar: Villayón, en el Occidente astur.

Empiezo la narración con una curiosidad. Es típico de  nuestra época recurrir a eufemismos y tecnicismos para designar a cosas, situaciones económicas, problemas referentes a la salud o al medio ambiente, para designar a los rebuscados platos de las nuevas cocinas, pero a una cosa tan común como una pila de troncos almacenados denominarla "parque de biomasa" ya me parece rizar el rizo. Parque de biomasa............., si casi me daba miedo acercarme, no sea que la tal biomasa fuera la guardiana de tamaño tesoro forestal. Pues nada, en el parque de marras se inicia esta ruta con destino al concejo de Villayón.

Gracias a la desidia de nuestros sagaces gobernantes se encuentra cortado el Alto del Praviano por un hundimiento en la calzada que lleva camino de ser indefinido o perpetuo, así que para llegar a Soto del Barco doy un pequeño rodeo por las localidades de La Ferrería y La Corrada, que conservan gran encanto y magníficas casas. Ya en la N-632 y pasado Soto encontramos esta perspectiva de la desembocadura del Nalón, con El Castillo en primer término y, al fondo, San Esteban de Pravia.
En Las Dueñas cojo la N-632 vieja, una clásica en mis escapadas moteras. Desde la apertura de la nueva ha visto como la mayor parte de su tráfico desaparecía, siendo usada por caminantes, cicloturistas y moteros para disfrutar de su tranquilidad. La carretera es un continuo subir y bajar de la rasa costera al fondo de los valles que la cortan cada poco, como este del río Cabo en Ballota, salvado majestuosamente por el viaducto del Pintor Fierros.
La costa en Cadavedo, patria chica del P. Galo, notable escritor en asturiano, y lugar muy conocido por celebrarse en una pequeña capilla sobre los acantilados la romería de La Regalina, una de las más tradicionales y concurridas del verano en la comarca.
Cerca de Querúas me sorprende encontrar un campamento de Boy Scouts. Puede ser una buena opción para las vacaciones de los niños en cuanto crezcan un poco. Ellos disfrutan con otros niños en plena naturaleza y los sufridos padres descansan un poco de su ritmo agotador. Además, personalmente conservo unos magníficos recuerdos de mis campamentos en León por lo que no veo porque no van a disfrutar nuestros hijos también.
Uno de los puntos fijos para visitar en esta ruta es el cementerio musulmán de Barcia. Después de varias preguntas a lugareños doy con él, cerca de la carretera en un paraje solitario y escondido entre árboles. Desde fuera solo se ven los muros exteriores y esta puerta de acceso con su arco lobulado de ladrillos, típico de la arquitectura mudéjar. Este cementerio fue utilizado para sepultar a los musulmanes fallecidos en la Guerra Civil de 1936. Servían en el bando franquista y por aquí vinieron desde Galicia hacia Oviedo para tratar de levantar el cerco al que estaba sometida la capital. Curioso caso el de unos soldados musulmanes que formaron parte de la "Cruzada" franquista contra el marxismo y para salvaguardar la religión Católica en España. Ver para creer, si los Cruzados medievales levantasen la cabeza no darían crédito. Después de semejante lección de habilidad no es de extrañar que "el Comandantín", como se le conocía en Oviedo cuando cortejaba a su futura esposa, fuera capaz de perpetuarse en el poder durante casi 40 años sin apenas sobresaltos.
Una vez dentro, la verdad es que el cementerio me decepcionó un poco, más que nada por su aspecto de abandono, totalmente invadido por la maleza. Supongo que habrá cosas más importantes en las que invertir, que en un olvidado cementerio musulmán.
Lo más parecido que encontré a una tumba fue este agujero. Parece ser que las tumbas eran marcadas por unas pequeñas piedras en el suelo, apenas visibles entre la maleza. Tampoco me entretuve mucho en el lugar, no sea que algún Mohamed se levantara para increparme por turbar su paz.
Luarca. No es la primera vez que sale en una crónica de esta web. ya lo sabéis entonces: la Villa Blanca, la Costa Verde, el río Negro.......toda una sinfonía de colores, y de belleza. Magnífica la vista desde este mirador, además parece que el cielo se va abriendo poco a poco con lo que su luz acentúa el contraste entre el azul del mar, el verde del paisaje y el blanco de las casas.
El cementerio de Luarca es uno de los más bellos de Asturias. Se me viene a la mente rápidamente la odiosa comparación con el que poco antes había estado visitando en Barcia. Situado en un balcón sobre el Cantábrico y la villa marinera parece el lugar ideal para reposar eternamente. En uno de esos colosales panteones que se ven, descansan los restos del insigne luarqués y premio Nobel Severo Ochoa.
En Luarca dejamos la línea costera y nos adentramos hacia el interior, buscando el corazón de la Comarca Vaqueira, zona poco conocida en Asturias y poseedora de una gran riqueza etnográfica y unos rasgos culturales propios que la han hecho estar aislada durante mucho tiempo. Apenas a 10 kms. de Luarca tenemos la sensación de estar muy lejos del "mundo civilizado".
Lo primero que apreciamos en las construcciones es el predominio absoluto de las paredes blancas y los tejados de pizarra, nota característica de la zona occidental asturiana. Desde Luarca nos separan 34 kms. de Villayón, por una carretera que encaja con lo esperado: estrecha, curvas en abundancia y bastantes pendientes. En el primer tramo el asfalto es bastante aceptable, conformando todo ello una ruta muy estilo trail, mi preferido, vaya.
Hacia Belén va una burra, rin, rin............Ah, que no estamos en Navidad ni esto es Belén de Judea sino un pequeño pueblecito valdesano que atiende al mismo nombre. Se encuentra coronando un altozano, y en ella son visibles algunos caserones semi abandonados y un cuco campanario de su iglesia parroquial.
Desde Belén en adelante el estado de la carretera empeora, pero no supone un problema para tan avezado piloto y portentosa máquina, jajaja. Por lo menos han desbrozado las cunetas con lo que da la sensación de mayor anchura. Un punto a favor de mis amigos y bienamados gobernantes que se empeñan en hacer las cosas en contra del más elemental sentido común. Aún no me lo puedo creer al ver mi playina de Munielles patas arriba por las obras en pleno mes de julio..........y pa seguir como diría el otro. No hay palabras, solo cagamentos, y eso que me muerdo la lengua.
Escondida entre la maleza encuentro esta pequeña fuente-lavadero, un elemento muy importante en la vida de las aldeas muchos años atrás, cuando no había lavadoras y había que traer toda la colada hasta aquí. También ejercían de punto de encuentro y de información de las últimas noticias y cotilleos de la aldea. En la sociedad de la información en la que vivimos es justo valorar el papel jugado por estas construcciones para que toda la aldea estuviera al día de lo que pasaba en la comarca.
Después de un tramo de subida, en el que notamos que la temperatura desciende apreciablemente, llegamos al Alto del Segredal, a más de 700 mts. de altitud, y desde el que hay unas portentosas vistas hacia los cuatro puntos cardinales. He escogido esta hacia el nordeste en la que se ve a lo lejos, en el centro de la foto, la lomita en la que se encuentra Belén, y, al fondo, se intuye más que verse el mar Cantábrico.
En Brañúas encontramos este edificio típico de las escuelas rurales asturianas, pero "tuneado" al estilo de la Asturias occidental, con la pizarra en paredes y tejado y la pintura blanca. Por cierto, un cartel informa que gracias al magnánimo "plan Zapatero" va a ser rehabilitado. En primer plano vemos una panera en bastante buen estado y otra fuente-lavadero, tan útil para varios menesteres como hemos visto anteriormente.
Llegamos a Oneta, lugar en el que se localiza el monumento natural de la cascada de Oneta. Aguzando un poco la vista la podréis ver por algún lado, creo yo. Es que para llegar a ella había que patearse un km. vestido "de romano" y con el calor que hacía no me apetecía mucho, realmente. Además, siempre es conveniente dejarse algo en el tintero y así tenemos motivo y disculpa para volver a visitar tan encantadores parajes.
Llegamos a Villayón, capital del concejo y emprendemos el descenso hacia Navia por una carretera que cambia totalmente, ancho reglamentario y asfalto decente. Encontramos el embalse de Arbón, una de esas presas que se convirtieron en una de las obsesiones del general (además de la famosa confabulación judeo-masónica-comunista), y que inauguraba por doquier dando gran trabajo a los pobres chicos del NO-DO que se hicieron más kms. con el tema que el baúl de la Piquer en sus giras.
Esto toca a su fin, al fondo vemos Anleo, la industria papelera y el moderno viaducto de la eternamente inconclusa Autovía del Cantábrico salvando el río Navia, localidad que divisamos al fondo. Desde Navia, por el camino más corto de regreso a Bayas. En total 212 kms. y una mañanita la mar de entretenida por uno de los pocos concejos asturianos que me faltaba por visitar.

 

 

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