SOMIEDO, 13-9-05

 

Un buen madrugón era imprescindible para poder hacer en una mañana la ruta que tenía prevista. La mañana era fresca y al poco de salir de Bayas hizo su aparición una densa niebla que no se disipó hasta más allá de Cornellana. 

En San Martín de Lodón cojo la AS- 227 en dirección al puerto de Somiedo. Hasta Belmonte la carretera es ancha, pero de ahí en adelante se estrecha, a la par que el valle del río Pigüeña. Poco tráfico y bastante buen firme, buenos ingredientes para un tramo divertido.

En Aguasmestas se juntan los ríos Pigüeña y Somiedo, y la carretera discurre encajada entre las paredes calizas y el río.

La Malva. Aquí se encuentra el cruce para coger la carretera hacia Saliencia. Al fondo vemos la central hidroeléctrica, una de las muchas que hay en esta zona para aprovechar los ríos para obtener energía eléctrica.

Desde La Malva hasta Saliencia son 11 Kms., con una carretera digamos que normal para estas latitudes, y un paisaje impresionante. Aquí aparece el pueblo de Villarín.

Seguimos hacia arriba, y nos encontramos con este estrechamiento del valle. El río Saliencia lo tiene duro de pelar para encontrar una salida, pero lo acaba consiguiendo. Trazar la carretera tampoco ha sido fácil.

Caprichos de la naturaleza. Los pliegues forman un arco que parece la bóveda de una catedral.

En la parte baja del valle encontramos pequeños núcleos de población, cuyo soporte económico se fundamenta en la ganadería. También empiezan a proliferar pequeños establecimientos de turismo rural. En este sentido la zona tiene un potencial enorme.

Saliencia. Último pueblo que encontramos en la subida. Aquí se termina también la carretera asfaltada, y quedan 7 kms. hasta el alto. A ver qué tal responde la V ante este reto. Seguro que bien.

El valle de Saliencia. Totalmente rodeado de montañas, con unas laderas de pendientes muy acusadas. El fondo del valle cuenta con zonas ricas en pastos.

Esta es la pista de subida. Anchura tiene suficiente, pero el firme no es el idóneo para mis Trail Wing, que ya están pidiendo a gritos el pase a la reserva. Hay que ir despacito por si acaso.

Casi me quedo bizco durante la subida. Un ojo no se apartaba de la carretera y el otro gozaba de paisajes como este.

Otra muestra más de la naturaleza en estado puro que podéis disfrutar por estos andurriales.

Poco a poco, y sin quejarse demasiado, la V sigue su camino. Con una enduro, curvas como esta deben ser divertidísimas.

La pista serpentea por la ladera, buscando la cima. Aunque no lo parezca, detrás de esa montaña está el lago de La Cueva.

Por fin llegamos al alto de La Farrapona. Siguiendo hacia delante, llegaríamos a la localidad leonesa de Torrestío.

Este es el valle de Saliencia desde el alto. Forma parte del Parque Natural de Somiedo por méritos propios, ¿no?.

En el alto del puerto, cojo un camino a mano derecha, que me lleva a las proximidades del lago de La Cueva, que junto a los de Cerveriz y Calabazosa forma el conjunto llamado Lagos de Saliencia, aunque en León los llaman de Torrestío, claro cada uno barre para su casa.

Gracias a Kike (Alvaree2), por esta foto de la zona, hecha desde Los Bígaros. En primer término vemos la pista que sube desde Saliencia, y al fondo el lago de La Cueva. El esfuerzo de hacer esas caminatas tiene como recompensa el gozar de paisajes como éste. Gracias, Kike.

Lago de La Cueva. Totalmente rodeado de montañas. Desde aquí parte un camino hacia los otros lagos. Esta zona tenía explotaciones mineras hasta no hace demasiado tiempo, y para acceder a ellas se abrieron caminos que ahora son aprovechados para senderismo.

No es el monstruo del lago, pero casi. Por su forma de mugir parece que no le agrada demasiado la presencia humana.

Otra perspectiva del valle de Saliencia.

Aquí vemos la pista de subida, retorciéndose por la ladera.

Menudo pedrero era el camino de acceso al lago de La Cueva. Por lo que a mi respecta, mereció la pena. A la moto no me he atrevido todavía a preguntarle su opinión.

Claro, que viendo cómo sangraba la rueda trasera, mejor no preguntar, ¿verdad?.

Emprendemos el camino de vuelta por el mismo sitio que vinimos. Hay tramos en los que el firme está empedrado totalmente, con lo que la V se convierte en un vibrador gigante y con ruedas. Será conveniente repasar el apriete de la tornillería, no sea que empiece a perder la moto a trozos.

Es bastante habitual encontrar por esta zona rebaños de vacas "paciendo" tranquilamente, así que hay que ir con cuidado para evitar sorpresas.

Sorpresa, y de las gordas, fue encontrarme en una curva otra V-Strom azulita, y en ella, Ramón, que venía desde Ponferrada. Iba a hacer la ruta de los lagos caminando. Un rato de charla y nos despedimos, cada mochuelo a su olivo.

Braña de La Campa. Conjunto de "teitos", construcciones típicas de los valles somedanos. Sus tejados están hechos de hierba seca.

Otros dos "teitos". Son usados por los pastores, y en ellos suelen convivir con el ganado. 

Todo iba demasiado bien, hasta que empiezo a notar que la moto va extraña. La rueda trasera se acababa de tomar cumplida venganza por el castigo sufrido. A duras penas llego a un taller de Belmonte, donde inflo la rueda para seguir hacia casa con precaución. Me vi obligado a recortar la ruta, lo previsto era desde Alvariza ir a Tuña y luego a Bruelles, a ver a Belén. Otra vez será.

Extremando las precauciones llegué a Bayas sin más sobresaltos. Esa carretera es maldita para mí. Tres veces que pasé por ella, dos veces pinché, la primera en coche, pillé un bache y dos llantas y cubiertas a freír espárragos. Bueno, a lo mejor se debe a que hoy era martes y trece, no creo en esas cosas, pero.......

Como ya tenía dos ruedas compradas, aproveché para cambiarlas y tenerlas nuevecitas para ir a Comillas. Esta es la pinta que tiene la V sin las ruedas.

Y estos son los zapatitos nuevos para mi niña, los Dunlop D 607. Ya os contaré qué tal resultan.

Berti, manos a la obra, manos expertas y sabias, no hay duda. Por cierto, ha comprado la KTM Supermoto. A ver si se la dan pronto, y que la disfrute con salud y prudencia.

Y este es el resultado, la rueda trasera. Tiene buena pinta, ¿verdad?.

La delantera. Ahora un poco de rodaje, y a disfrutar de la carretera con seguridad.

 

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