ESPICHA SOLIDARIA EN SARIEGO, 9-6-07

 

A través del foro de Moteros Astures se convocaba al personal para acudir a una espicha en La Vega de Sariego en beneficio de René Berros, compañero accidentado y mutilado en un maldito guardarraíl. Por unas u otras causas, hacía tiempo que no rodaba disfrutando de la compañía de la gente de Moteros, así que ésta era una buena ocasión, y además con la noble finalidad de colaborar entre todos para mejorar la calidad de vida de René.

El punto de salida era el bar de Charly, en Mieres. Hasta allí llegamos Jandro y yo, con la previa de las curvas de Manzaneda, Padrún y Rebollada, para ir abriendo boca, y a la vez para facilitar la rápida digestión del desayuno. Y es que sin tomarme mi tazón de Colacao con galletas no soy capaz de dar un paso ni de subirme a la moto. El bar de Charly está situado justo enfrente del cuartel de la Benemérita, pero debe existir buena sintonía entre ellos, puesto que las motos se aparcan justo a la puerta, sobre la parada del autobús. Tal vez sea un pacto de no agresión: no ruido-no multas.

Todas las salidas de Moteros tienen un importante componente gastronómico, sin el cual no serían lo mismo. Esta vez, el primer punto de avituallamiento fue el bar de Charly. Como está tan de moda matar el gusanillo (pobre gusanillo, qué habrá hecho el pobre) con esa birria de mini-donuts, aquí, para que se vea lo grandones que somos los asturianos, matamos el susodicho gusanillo con este espectacular roscón tamaño rueda de carro. Al principio nadie se atrevía a meterle mano, pero una vez que Panverde se hizo con el cuchillo y empezó a repartir trozos parece que el personal se animó.

A las once salimos hacia Santo Emiliano, subida que nos hizo entrar en faena motera. Luego, descenso hacia Langreo, y continuamos por Ciaño, El Entrego, Sotrondio y Blimea. El siguiente repostaje en Barredos. Una birra para ayudar a quitar el sabor dulce del roscón que tenía en la boca, y poder apreciar mejor el sabor de los variados y abundantes pinchos que nos tenían preparados. Saliendo con Moteros el que pasa "fame" es por que quiere, hay que ver cómo cuidan al personal.

Los parroquianos de Barredos a lo suyo, apostaos en el banco de todos los días, controlando todo bicho que se mueve en el pueblo. Tal vez, movidos por la abundancia de motos, estén contando batallitas de juventud sobre dos ruedas, cuando eran auténticos "sidra-racer" y competían por ver quién era el que menos tardaba en subir a Tarna y bajar a lomos de aquellas fantásticas Sanglas, o MV Agusta, o Ducati. El premio para el vencedor: que los otros le dejasen vía libre para pedirle el baile a la chica más guapa del pueblo.

Después de un rato de charla y manduque, hay que volver a la ruta. Eso sí, con el buche lleno para que nadie se maree, que nos esperan unas cuantas curvas. De Barredos salimos por la AS-251 hacia Nava, y el primer tramo es de subida, hacia la Faya los Lobos. Ahí me consta que Jandro disfrutó de lo lindo, sacando el máximo rendimiento de su GS-80. Mantuvo el rápido ritmo de los de cabeza hasta el alto y luego relajó, porque "el de la Honda con manillar de cross tiró pa abajo como una oveya". Dice que el freno trasero de tambor no está para demasiados trotes, así que era mejor seguir un ritmo tranqui que fastidiarle el segao a algún paisano.

Por lo que a mí respecta, me situé como moto-escoba para ver si paraba en la subida a hacer alguna foto para adornar un poco esta crónica, no sea que luego digan que no hay más que fotos de chigres y de comida. Esta foto desde el alto de la Faya los Lobos, con Bimenes al fondo es el resultado. Luego, descenso hacia Nava, y luego por la AS-250 hasta La Campa. De ahí a La Vega de Sariego es un momento.

La espicha se celebraba en el polideportivo de la localidad, y en el exterior estaban instaladas las barbacoas, donde un grupo de vecinos se afanaban en la preparación de la comida. El olor de las barbacoas siempre tiene como resultado un tremendo agujero en mi estómago. ¡Que se den prisa por favor, que he madrugado mucho, y vengo en ayunas!.

Para hacer menos tensa la espera por las costillas y demás, y de paso aliviar un poco el sofocante calor que nos acompañaba, decidimos que lo mejor era entregarse a un desaforado y masivo consumo de sidra. Al principio, Jandro era un poco receloso al ser de Pachu la sidra en cuestión. Después de luchar denodadamente para convencerle de que Pachu no tenía nada que ver con Pachín, soltó el brazo al alto y nos agasajamos con sidra tal y como la ocasión lo merecía.

Después de esperar la cola, con las botas a punto de derretirse, nos acomodamos dentro del polideportivo para cumplir con el sacrosanto deber de la comida. Aquí aparece todo el grupo de Moteros Astures tocando la armónica. Después de comer, muchos se animaron a ir hasta Tineo, que había concentración. Hubo sorteo de regalos, y luego actuaciones musicales. La organización funcionó muy bien, y todo el pueblo arrimó el hombro para que todo saliera bien. Creo que ya están curtidos en estas lides, y entre otras cosas, por su espíritu solidario, fueron galardonados no hace mucho con el premio de Pueblo Ejemplar de Asturias.

   
   
   

La crónica de Chus en el foro Moteros Astures

Más fotos

 

Volver a Rutas