OVIEDO RURAL, 14-3-07

 

En las grandes ciudades también existe (como Teruel) una periferia rural, muchas veces olvidada y marginada en cuanto a inversiones y servicios. Cada cuatro años reciben la visita de los políticos de turno prometiendo alumbrado, saneamiento, asfaltado de caleyes, etc. Pasadas las elecciones, nadie se acuerda de los pueblos, y otros cuatro años a escuchar una nueva retahíla de promesas que serán incumplidas en su gran mayoría. Son ciudadanos de tercera a escasos kilómetros del centro urbano de esas ciudades. Afortunadamente siguen conservando el sabor de lo tradicional, pese a la influencia de la cercana urbe. Esta ruta atraviesa parte de la zona rural del concejo de Oviedo y de sus límítrofes Las Regueras y Santo Adriano.

 

Salimos de Oviedo por la AS-232 hacia El Escamplero, primer tramo del Camino primitivo a Santiago. En Gallegos, este puente servía a los peregrinos para salvar las aguas del río Nora, que ejerce de frontera entre el concejo de Oviedo y los vecinos de Las Regueras, Llanera y Siero.

El Escamplero se encuentra en un punto elevado desde el que vemos a lo lejos Oviedo. Muy cerca, en Quexu, podemos darnos un buen homenaje en la parrilla Escamplero.

Desde El Escamplero también se divisa la sierra del Aramo, pero hoy las nubes nos han jugado una mala pasada y apenas se ve entre ellas el Monsacro, el monte sagrado.

Nos incorporamos a la AS-228 en dirección a Trubia, y junto a uno de los meandros del Nora se levanta la iglesia prerrománica de San Pedro de Nora, con su característica torre, que ha visto mutilado su horizonte por uno de los viaductos de la autovía Oviedo-Grado. Cosas del progreso.

El Furacón, presa sobre el Nora para aprovechar las aguas del río antes de que pase a formar parte del Nalón.

Ya en el concejo de Santo Adriano, visitamos la iglesia de Tuñón, también prerrománica, pero posterior a la de Nora. Esta pertenece al período constructivo de Alfonso III.

En Villanueva, giramos a la izquierda, y llegamos a Las Xanas, comienzo del famoso desfiladero y ruta del mismo nombre, que llega hasta Padroveya, en el concejo de Quirós.

No apetece demasiado caminar, así que seguimos carretera arriba. En apenas un par de kilómetros hemos ganado la suficiente altura para tener esta vista de Tuñón y el valle del Trubia.

En Tenebreu la carretera se bifurca y seguimos por la izquierda hacia Las Carangas, un pequeño pueblecito acomodado en las últimas estribaciones de la Sierra del Aramo. Al fondo se ve el Naranco.

Siones, otro típico pueblo de esta zona de media montaña. Agricultura y ganadería son las principales formas de subsistencia de estos pueblos que no pueden impedir la sangría migratoria de la gente joven, atraída por la ciudad, que dista apenas una docena de kilómetros.

Este es el lavadero de Siones, perfectamente conservado, y que nos habla de tradiciones no muy alejadas en el tiempo, y que sin embargo pertenecen ya a otra época y a otras formas de vida.

Muy cerca se encuentra esta pequeña capilla, parcialmente reconstruida. En primer término, un árbol (no sé si un cerezo, de botánica ando un poco pez también) con las primeras flores de la primavera que llegará un poco después del temporal que nos anuncian.

Este es el bar del pueblo. Sigue exactamente igual que hace casi cuarenta años, cuando dos gemelos jugueteaban por allí, quedando retratados en simpáticas fotos, que de aquella eran en blanco y negro. Cuando encuentre alguna la incluiré aquí. Palabra.

Lo prometido es deuda, y, después de rebuscar un poco en el archivo familiar, encontré esta foto de febrero de 1969. El Hombre todavía no había pisado la Luna, pero los dos gemelos ya dejaban sus pequeñas huellas por Siones.

Desde Siones tenemos vistas en muchos kilómetros a la redonda. Al fondo, Oviedo y el monte Naranco. 

Un poco más hacia el oeste, el valle del Nalón y Trubia. Emprendemos 3 kms. de descenso por una carretera estrecha y con abundantes curvas, pero bien asfaltada, lo que la hace sumamente divertida.

Llegamos a Caces, pequeña localidad que cuenta con unos buenos merenderos para pasar una buena tarde tomando unas botellinas de sidra. Desde Caces vemos el río Nalón y el castillo de la vecina Las Caldas.

Este es el castillo de Las Caldas, o de Priorio, construido en época romántica, aunque con alguna reforma posterior. Espero que su correspondiente fantasma no se enoje al verme fotografiando su morada. 

Las Caldas cuenta también con un importante balneario, construido por Manuel Reguera, siguiendo las directrices de Ventura Rodríguez.

Posteriormente se le añadieron (a la derecha), hotel y casino. Afortunadamente los tres edificios se están rehabilitando,  porque habían llegado a un estado casi de ruina. Sin tiempo de hacer unos hoyos en el campo de golf con el que cuenta Las Caldas, me dirijo a Oviedo, origen y meta de esta mini ruta de apenas 60 kms.

 

Volver a Rutas