MARAVIO, SAN LORENZO, SOMIEDO Y LEITARIEGOS 13-4-06

 

Hoy he llegado al convencimiento de que para que salga bien un plan, lo mejor es que dicho plan no exista. Últimamente cada vez que se organizaba alguna ruta, venía algún temporal a aguarnos la fiesta, y hoy que no estaba previsto nada, se fue liando la madeja poco a poco hasta dar como resultado una jornada de moto y naturaleza insuperable. Con Berti hablé a última hora de la tarde de ayer la posibilidad de dar una vueltecita hoy, pero la presencia de nubarrones a última hora de la tarde hacían presagiar lo de siempre. A las 9 de la mañana me saca Chema de la cama a golpe de móvil. Se apuntaba a un garbeo cortito para estar de vuelta a las 12 más o menos.

El punto de encuentro con Berti es la glorieta de Tabaza. Desde allí hacia Cancienes, Los Campos, y giro a la izquierda para coger la AS-233 hacia Trubia. Son unos 24 kilómetros atravesando los concejos de Corvera de Asturias, Llanera y Las Regueras, que conforman una especie de "despensa de Asturias", por su gran cantidad de explotaciones agrícolas y ganaderas.

De granjero de Oklahoma parece esta camioneta que viajando por el tiempo y el espacio ha llegado hasta Grao. De Trubia a Grao llegamos rápidamente, por el tramo antiguo de la N-634, que ha visto reducido su volumen de tráfico desde la apertura del nuevo tramo de autovía.

La primavera asturiana tiene un color predominante: el verde, que todo lo invade. De verde, pero no solo en primavera van nuestros amigos, que hacen su agosto en abril, y cuando se tercie. Estaban crujiendo a un vejete despistado que ponía cara de no saber/no contestar. Supongo que después de las explicaciones de la autoridad y el sablazo correspondiente sabrá porqué le han parado.

Aquí Chema se despide, tiene que volver a casa. Berti y yo seguimos ruta y en Grao cogemos la carretera hacia Tameza, siguiendo el valle del río Cubia. Es una carretera muy estilo trail, estrecha, con abundancia de curvas, y un asfalto que está pidiendo a gritos una renovación. Después pasamos al valle del río Villabre, ascendiendo hacia los puertos de Maravio.

Pico Caldoveiro, gran mole caliza de 1.357 metros de altitud. Esta zona está catalogada como Paisaje Protegido. Bellísimos paisajes en todo el entorno. Las cámaras de fotos echaban humo.

Puertos de Maravio. Son unas amplísimas majadas destinadas a pastos de verano, en el límite entre los concejos de Yernes y Tameza y Teverga. Aquí se celebra una vaqueirada por Santa Ana, romería con gran tradición en la comarca.

El descenso hacia tierras teverganas nos ofrece paisajes tan espectaculares como éste. En algunos árboles vemos las primeras flores de la primavera, mientras en los picos del fondo se mantienen las últimas nieves, caídas esta misma semana. Ya se sabe: "Hasta el 40 de mayo......".

Una vez fue un raposo, otra unos rebecos, otras veces vacas, y ahora le toca el turno a un ave, presumiblemente rapaz, si alguien entiende algo del tema que me aclare su especie, por favor. No es la primera vez que incluyo alguna especie animal en una ruta. Raro es no encontrarse con bichos en zonas de naturaleza tan pura.

El descenso desde Maravio concluye en Entrago, y desde ahí seguimos hacia San Martín, donde giramos a la derecha y cogemos la TE-1 en dirección al Puerto de San Lorenzo. Magnífica carretera, una ascensión no muy larga, pero un firme excelente y un buen trazado. Lo único que hay que tener cuidado con algunas piedras sueltas en la calzada, debidas a pequeños desprendimientos. Vista desde el alto del puerto.

El descenso hacia tierras somedanas es espectacular, toda una prueba de fuego para los frenos. De La Riera a Pola de Somiedo tomamos la carretera AS-227, es bastante estrecha, encajada entre el río y las paredes calizas. En la Pola aprovechamos para surtirnos de víveres. Con el buen tiempo que hacía decidimos comprar bocatas y comerlos al aire libre. Hay que disfrutar el sol, que últimamente es un bien escaso por aquí.

Pola de Somiedo es la capital del concejo, y tiene una variada oferta de alojamientos y bares donde disfrutar de la rica gastronomía de la zona. Berti sobre un puentecillo muy cuco sobre las aguas del río Somiedo, y a mano izquierda un par de cajas de sidra enfriando. No hay mejor sitio para conseguir la temperatura óptima. ¡Un culín por favor, que voy seco!

El hórreo, construcción tradicional asturiana por excelencia. Debajo, un elemento no menos tradicional en las carreteras españolas durante muchos años, el célebre Seat 600.

Seguimos hacia el puerto de Somiedo, disfrutando a tope la subida, tanto por la conducción como por los paisajes. Ahora me arrepiento de no haber parado a hacer una foto de la Braña de La Peral, conjunto de los típicos "teitos" somedanos, pero es que no quería perder en rebufo de Berti. En la foto, El Puerto, localidad situada ya en el descenso hacia la provincia de León. 

Nada más pasar El Puerto, a mano derecha, encontramos un estupendo lugar para dar buena cuenta  de los bocatas: unas mesas colocadas en un prado junto a un  arroyo. Tranquilidad, sol y aire puro, los ingredientes perfectos.

Os presento al bocata en cuestión: chosco y tomate natural, todo un descubrimiento. El olor de cuando cortaban el chosco ya me produjo debilidad de piernas. Un buen surtido de embutidos había donde lo compramos, de ciervo, de avestruz, de jabalí y de gochu, por supuesto. El sitio: Autoservicio Cano, Pola de Somiedo.

Y aquí los dos ávidos comensales. Casi nos zampamos hasta el papel. Lo ideal hubiera sido acompañarlos con unas botellas de sidra, pero al no llevar maleta la cosa se hace complicada, aparte de que la pobre sidra llegaría un poco revuelta después del atracón de curvas. Después de comer, iniciamos el descenso del puerto de Somiedo hacia tierras leonesas.

Al llegar a Piedrafita de Babia giramos a la derecha en dirección a Villablino. Atravesamos las comarcas de Babia y Laciana, ésta última con una gran tradición minera. Después de pasar por Villaseca de Laciana y Villablino, llegamos a Caboalles de Abajo, donde cogemos la carretera hacia el puerto de Leitariegos. El ascenso desde esta vertiente es muy rápido, en apenas 10 kms. coronamos el puerto. Vista desde el alto, Caboalles al fondo.  

En Leitariegos existe una estación de esquí. No es muy grande, pero los habitantes de la zona seguro que agradecen la posibilidad de disfrutar de su deporte favorito cerca de sus casas. Además, éstos últimos años parece que se está haciendo un  esfuerzo por mejorar las instalaciones. 

Desde el alto del puerto de Leitariegos podemos gozar de panorámicas impresionantes hacia la vertiente asturiana. Impresionante y vertiginoso es también el largo descenso del puerto hacia Cangas del Narcea. Además con el tanto a favor de una casi total ausencia de tráfico, lo que hace que sea un territorio ideal para los poseedores de motos deportivas. 

Otra muestra de los paisajes que podemos admirar en el descenso de Leitariegos. El agua del deshielo busca rápidamente las zonas bajas del valle, por unas laderas de pronunciadas pendientes, y en las que encontramos pequeños núcleos de población. 

Última parada: la gasolinera junto a la Térmica de Soto de la Barca, en la carretera AS-15 que rápidamente nos lleva hacia Cornellana, que por cierto, es de las pocas carreteras en Asturias que tiene protegidos los pies de los guardarraíles asesinos. 

En Cornellana tomamos la N-634 en dirección a Oviedo, por el alto de La Cabruñana (qué lujazo de subida), Grao y Trubia. En total han sido 336 los kilómetros recorridos, por zonas de poca densidad de tráfico. Estos días hay que escapar de las carreteras más transitadas, y por suerte, en Asturias tenemos una gran cantidad de rutas por zonas no invadidas por los "enlatados". 

 

 

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