EL PUERTO DE LA CUBILLA, 6-11-13

 

La majestuosa Sierra del Aramo. Con el Puerto de la Cubilla como objetivo, parte esta ruta desde Oviedo hacia Morcín y Riosa.

La Foz de Morcín, localidad de tradición minera y muy conocida por los certámenes gastronómicos de los Nabos y el queso de Afuega ´l Pitu.

La Ará, capital del concejo de Riosa, enclavada a los pies del Aramo, y desde la que parte la carretera que asciende al Angliru.

No se puede uno descuidar ni un segundo haciendo fotos, porque enseguida aparecen pretendientes para mi jaca. 

De Riosa vamos hacia Pola de Lena por El Cordal, carretera en bastante mal estado, y con variados elementos peligrosos como los erizos de castaña. 

 Según se va ascendiendo, salimos del túnel de castaños que es la primera parte de la ascensión del Cordal, y obtenemos vistas magníficas como ésta del Monsacro, monte emblemático donde los haya. 

 Coronado el Cordal, vemos al fondo del valle Pola de Lena, y una corona de nubes instalada en la Cordillera Cantábrica. 

 Restos que nos hablan de un antiguo esplendor minero e industrial de la comarca, hoy muy azotada por la crisis, como todas las cuencas mineras. 

 De Pola de Lena hacia Campomanes, donde cogemos la carretera hacia La Cubilla. De camino se ven las obras del AVE Madrid-Asturias, y los túneles de 25 kms., costosísima obra que va a sustituir al centenario túnel de La Perruca del trazado payariego. ¿Sustituir? No lo tengo muy claro, creo que vamos a tener "tren burra" para largo todavía. 

Espejito, espejito.... dime, ¿quién lo está pasando de lujo, disfrutando de un paisaje espectacular? 

 Pasado Telledo, la carretera se va empinando más, y ya empezamos a vislumbrar el fondo de este valle. Pero aún queda mucho que rodar.

Solo alguna torre de alta tensión rompe la pureza de un paisaje inigualable, naturaleza en estado puro.

El asfalto se retuerce por la ladera buscando hacer la subida lo más cómoda posible. No tengo queja por el trazado, ni por el firme, por estos andurriales no se puede exigir mucho. 

 Curiosa montaña con forma de pirámide, y casi totalmente cubierta de árboles, de especies típicas del bosque atlántico. El otoño ofrece en nuestras montañas un colorido espectacular, con una variedad de ocres infinita. 

 Tuiza de Arriba, último núcleo habitado antes del alto de La Cubilla. La ocupación tradicional agrícola y ganadera en la zona se ve complementada por un emergente turismo, atraído por los incomparables encantos del lugar. 

 Las vacas y los restos de su digestión. Con estas praderas no tienen justificado no producir las mejores leche y carne del mundo. 

 ¿Os acordáis de los mojones kilométricos?. Ojo, no confundir con los Mojinos Eskozíos. 

 Las lluvias de los últimos días hacen que corra el agua generosamente valle abajo. 

 También hay agua en algunas zonas sombrías con orientación al norte, con lo cual hay que ir con tiento para evitar sobresaltos. 

En Tuiza parecía que llegábamos a la cumbre, pero aún quedan nueve kilómetros hasta el alto, pasamos a otro valle  y la diversión continúa.

Telledo y Riospaso quedan ya muy lejos, casi como manchitas en el paisaje. Más lejos aún, se aprecia en la montaña que cierra el valle del Huerna, la gran cicatriz de la autopista asturleonesa, que tanto daño hace al ecosistema de la zona, pero tan necesaria es para el desarrollo económico. Es difícil conjugar ambas necesidades.

La Mesa y La Tesa, enormes bloques calcáreos que sobresalen sobre las laderas boscosas. 

 Según vamos subiendo, las praderas van ganando terreno a los espacios boscosos que, a determinada altitud, tienen complicado sobrevivir en un clima extremo como éste. 

Una nube algodonosa descansa apoyada en los altísimos picachos de este Macizo de las Ubiñas, y la carretera zigzaguea incansable buscando la cima. 

 ¿Conocéis el Galibier en los Alpes franceses? Pues subiendo a La Cubilla me vino a la mente esa mítica subida del Tour. Sin desmerecer en absoluto con los afamados Angliru y Cuitu Negru, sería un fin de etapa fantástico para una prueba ciclista.

Carretera hacia el cielo, o eso parece. No tengo ninguna gana de que esto se acabe, estoy viviendo la asociación perfecta entre el disfrute de un paisaje bestial y una carretera divertida a más no poder. 

Lo bueno se acaba rápido, ya se sabe. Coronamos La Cubilla, segunda carretera asfaltada más alta de Asturias, a 1.683 metros. Sopla bastante viento y hace fresco, bastante lógico teniendo en cuenta dónde estamos. En poco tiempo, todas estas praderas se cubrirán del manto blanco, el uniforme de invierno de estas bellísimas montañas. 

Me gustaría tener dos docenas de ojos para poder apreciar en su totalidad tanta belleza junta. Solo faltaban unas Xanas retozando por la pradera para completar una postal de ensueño. 

 Si en Gibraltar piensan que son los únicos que tienen verja, ya ven que no, hasta en un sitio tan remoto como éste surgen disputas, arregladas con el cierre de frontera. Al que no vi por ningún lado fue al aduanero.

 Pasada la controvertida y polémica verja, encontramos una pista de tierra hacia la izquierda, creo que hacia el Puerto de Pinos, pero no estoy muy seguro. Toda esta zona son unas amplísimas majadas, que en verano están pobladas por ganado en busca de pastos frescos.

De frente sigue la carretera asfaltada hasta la Casa Mieres, donde hay un albergue, que funciona esporádicamente. Por pistas y cañadas se puede llegar a San Emiliano, pero lo veo demasiado aventurero para la moto que llevo, así que lo más razonable es dar por concluida mi ruta en este punto, ya en provincia de León.

 

 

 

 

 

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