FOTOS DE BAYAS

 

Bayas desde el aire. A la izquierda, el valle de Naveces, al fondo, la pista del Aeropuerto y la desembocadura del Nalón. Es un gran saliente costero en el que hay una gran playa, acantilados y una sucesión de playas semisalvajes, sin olvidarnos de la isla Deva, a la derecha de la foto. En primer término la playa del Sablón, y sobre ella, la pista del Aeropuerto. Al fondo, la playa de Salinas y la entrada a la ría de Avilés.
El pueblo de Bayas desde la urbanización de adosados "La última morada". El caserío es más bien feo, pero el entorno natural es insuperable. Desde el mismo lugar de la foto anterior no hay más que girarse hacia la derecha y la vista cambia sustancialmente. La playa del Sablón o Playón de Bayas, con la barra de San Esteban de Pravia al fondo.
Playa del Sablón desde el mirador, con la costa de Muros de Nalón y Cudillero, y el cabo Vidío al fondo. A la derecha, Requexines, uno de los enclaves nudistas más antiguos de la costa asturiana.
El Sablón en formato panorámico, y dolby estéreo si hace falta.

 

Una puesta de sol desde el mirador. Me río yo de los atardeceres rojos de Serrat.

 

Puesta de sol desde la Punta del Socollo, con las gaviotas compartiendo protagonismo con el sol y la estela de un avión.
El Sablón desde otra perspectiva. En primer término, Requexines. ¿Qué ha pasado con el sol?

 

Panorámica desde la Senda Norte, que me sirve para andar en bicicleta disfrutando de estos increíbles paisajes.
La Deva, la mayor isla de la costa asturiana, situada frente a los acantilados de Bayas. En versión niebla.
Hay veces que la bajamar casi permite acercarse a La Deva caminando. Paraíso de pesca.
Restos del plano inclinado con el que se subía piedra. La altura impresiona. Acantilados que sobrepasan los cien metros de altura. Al fondo, el cabo Peñes.
Atardecer en el tramo de cosa que va del Sablón a La Deva.
Y aquí a pleno sol.
Desde la Punta Vidrias, hacia el oeste. El sol se esconde tras La Deva.
Desde Vidrias hacia el este observamos una sucesión de ensenadas en la costa. En primer lugar, El Reguero, y le siguen Munielles, Bahínas y Santa María del Mar. A continuación, Arnao, Salinas, El Espartal, Ría de Avilés, Xagó y Cabo Peñes.
Playa del Reguero desde la senda costera. El Reguero y Peña Blanca.
La playa de Munielles, donde disfrutamos de baños en todas las épocas del año. Munielles, ángulo inverso.
Bayas-Costa. Que no se diga que aquí no hay zona residencial, como en Mijas o Benalmádena. Vista de Munielles desde un monte recién talado. Al fondo, el Reguero y Peña Blanca.
Y para que se vea que "no nos falta de ná", el chiringuito de la playa, donde Bea y Nuria se encargan de aprovisionarnos convenientemente de cerveza. Es absurdo irse a veranear a la abarrotada costa mediterránea, teniendo este pequeño paraíso semi-privado. Si vais un día por la mañana temprano a Munielles y hay marea baja podéis ver cientos de gaviotas que se han adueñado de la playa.
Al advertir la presencia humana levantan el vuelo todas a la vez. Es un bonito espectáculo verlas, con el rumor de las olas y sus graznidos como fondo. 
Cada cierto tiempo hay mareas vivas, con pleamares y bajamares muy acusadas. Una de las mayores que recuerdo se dio el 2 de octubre de 2011, en el que además la temperatura rondó los 30ºC, con lo que tuvimos un día de playa otoñal mejor que todos los de un verano bastante pasado por agua y con bajas temperaturas.  Entrando en el fondo de la foto anterior, justo detrás de la peñuca que se ve a mano izquierda, obtenemos esta singular vista de la playa de Munielles. No es muy habitual poder rodear la peñuca caminando, pero ese día era fácil. La hazaña fue completada con una zambullida olímpica desde la peña en cuestión. Zambullida, si, y no barrigazo, caramba, no es ningún farol. 
Original perspectiva de la peña La Furada, enorme muro natural que cierra la playa de Munielles por el noroeste. Haciendo honor a su nombre, vemos como está hueca por dentro. Antes de que el Puez Payer desemboque en la playa, se forma una pequeña charca, hoy casi oculta por la vegetación, en la que recuerdo bañarme de niño.

Parece que este deporte de funambulistas sobre tabla de planchar va ganando adeptos en la playa. Aquí vemos a un grupo de ellos realizando el calentamiento previo al momento de intentar el difícil arte de pillar olas de pie sobre la tabla. Algunos lo consiguen, otros, de momento, se conforman con ir de "barrigueros", que tampoco es moco de pavo. 

Como se puede apreciar, no todo el mundo está de acuerdo con las Escuelas de Surf que van apareciendo en la playa, y reivindican para los "locales" el disfrute exclusivo de las olas. No sé quienes serán los "locales", pero supongo que en la playa hay sitio para todos. Me recuerda a las pintadas de Salinas hace años: "Only locals, Caboranos out". Sin comentarios.

Pero no todo van a ser cosas bonitas, el paraíso también tiene su lado oscuro. Años después del naufragio del "Prestige" aún son visibles en las rocas de Munielles manchas del famoso chapapote, o hilillos de fuel, como lo denominaba el ministro Rajoy, en pleno delirio por empequeñecer la catástrofe, en vez de poner todos los medios para haberla impedido. Como siempre, los gobernantes poniendo todo de su parte para obtener mi plácet más sincero.  Otra aberración. Julio de 2009. En plena temporada estival (que aquí son dos meses), una obra para construir una rampa de acceso para minusválidos mutila completamente la playa de Munielles. Me parece loable que se decida acometer esta obra, pero en pleno verano roza lo esperpéntico. Lo peor es la sensación que tenemos todos los asiduos  de que la playa va a quedar bastante afectada por los movimientos de piedras y tierra que se han realizado. Espero que nos equivoquemos y la playa vuelva a lucir pronto en todo su esplendor. 
Un par de veranos después, observamos como está la situación de la rampa de marras: lo mismo que se dice que "la mar nun quier ná que nun sea della", también es cierto que tiende a recuperar lo que la torpe mano del Hombre le roba con malas artes. Realmente la torpeza humana en este caso es una cadena de despropósitos: primero por hacerla sin contar con la muy probable eventualidad de la acción del mar en este punto; y segundo por no poner los medios para mantener la rampa accesible por lo menos durante la breve etapa estival de estas latitudes. Enésimo ejemplo de la facilidad que hay en este país de despilfarrar el dinero público. ¿Os acordáis de aquella barandilla magnífica, de acero inoxidable, tan maja, que adornaba la rampa?. Bueno, pues en el invierno 2011-12 desapareció como por ensalmo. Alguno aprovechó lo solitario del lugar para marchar con ella y convertirla en dinero contante y sonante para hacer más llevadera esta larga crisis que ya nos acompaña desde hace demasiado tiempo, y con pinta  de seguir.

 

Panorámica de Munielles.
Esta otra desde la contigua playita de La Estrella.

 

El cabo Peñes y parte de la costa hasta la ría de Avilés. La casa, y al fondo el mar y el cabo Peñes.
Vista desde la terraza. Palomitas en el mar por culpa del Nordeste. Pero si no fuera por el Nordeste, que barre las nubes (y a veces los tejados), pasaría el día lloviendo. Curioso fenómeno. La niebla engulle la playa de Munielles y el mar, que desaparecen de nuestra vista, mientras tierra adentro hace un sol radiante. Creo que se produce por la diferencia de temperatura entre el agua del mar y la atmósfera, por la condensación o algo así.
Gif de un amanecer. Mi buen madrugón me costó, y estar pacientemente en la terraza con la fresca de la mañana. Pero mereció la pena, ¿no?. Los atardeceres tampoco son feos desde la terraza de casa.
Lo que es realmente feo es esto. MALDITOS INCENDIOS. Este fuego sí que me gusta, vaya amanecer. Colorao, colorao.
El sol se esconde y aparece la luna, que en ocasiones tiene un color tan anaranjado como el sol al atardecer. Noche de llobos: ¡¡auuuuuu!! Hay veces en que la luna llena permite ver en la noche con gran claridad.
Pero no todo es sol y buen tiempo en Bayas, no amiguitos, no. Cuando le da por hacer mal tiempo, en Bayas se pone canino del todo. Como muestra, este botón: la lluvia viene de lado, impulsada por el viento, y al fondo no se vé ni el mar, de lo cerrado que está. ¿Bayas?, ¿Londres? La niebla es un elemento frecuente en Bayas. Suele entrar por el mar, y si no hay viento, cosa rara en Bayas, puede estar dando la lata varios días seguidos, con las consiguientes molestias, especialmente entre los usuarios del Aeropuerto.
Alguna vez también tenemos tormentas espectaculares. Afortunadamente estamos cerca del mar y los rayos buscan sus aguas, o eso dicen los entendidos en el tema. Aunque alguna vara de hierba ya  se ha chamuscado por la zona en una tormenta. Hágase la luz. Un tremendo relámpago ilumina la noche.
Estando el tiempo calmado, es raro que en el Sablón no haya bastante oleaje, así que cuando el "gallego" sopla con fuerza, y la mar se encabrita, vemos cómo se desatan las fuerzas de la naturaleza. La acogedora playa de Munielles también se transforma con el temporal. Las oscuras aguas no invitan al baño. En primer término, el río Puez Payer, que en épocas de sequía no pasa de ser un regatillo, aumenta considerablemente su caudal.
Después de la tempestad, suele venir la calma. El sol lucha entre las nubes y se produce este fantástico fenómeno. Fotografía de premio, y el autor, Santi. Años después el que obtuvo el premio a la paciencia del fotógrafo, que es equiparable a la del cazador, fui yo. Un arco iris sobre la finca y el mar al fondo.
Pues si creíais que ya lo habíais visto todo sobre Bayas, me guardo un as en la manga: la nieve, que de vez en cuando se deja ver por aquí, sustituyendo al verde como dominador del paisaje. El Sablón desde el cementerio. La nieve cuaja mejor en la arena de la playa que en las laderas. ¿A que apetece darse un bañito?.
Buenos prados para divertirse un poco con trineos o con bolsas. Además de los paisajes, gozamos de la compañía de esta familia de "raposos", cuatro, ni más ni menos. Es una delicia verlos retozar desde la terraza de casa todos los días por la mañana.
En Bayas no nos olvidamos de lo lúdico-festivo. Primer domingo de agosto, grandes fiestas. En primer término, Belén luciendo modelito "pre-mamá". Algo inherente a las fiestas es también la noche de los fuegos. En Bayas también disfrutamos de ellos, aunque sean "pirateados" de los de Salinas. Nada que ver con los modestos voladores "de lucería" que le comprábamos a "Morcillina" para las fiestas locales. Cuestión de presupuestos, como todo en esta vida.
Tampoco nos olvidamos de lo deportivo. En aguas del golfo de Bayas (pequeña licencia geográfica me he tomado, porque de golfo nada, pero golfantes unos cuantos, jeje) se celebra todos los veranos una importante importante regata internacional.  También se practica el deporte rural, hay que segar la pación. En la época de la siega es habitual hacer algún día quemas controladas de la hierba que se recoge.
Después de tanta fiesta y tanto deporte lo normal es tirar por la vía gastronómica. Lo más habitual del rancho veraniego, sobre todo los domingos es una buena barbacoa, amplio despliegue de carnes a la brasa regadas con la bebida autóctona, esa poción mágica que nos hace invencibles. Tampoco nos olvidamos de lo cultural, esta inscripción se encuentra en una de las paredes del cabildo de la iglesia parroquial. Posiblemente hable de una reconstrucción o ampliación de la iglesia, puesto que ya está documentada la existencia de una varios siglos antes. Parece ser que en la Edad Media, Bayas era un importante centro relacionado con la industria salinera. 

 

Este es un recorrido aéreo por la costa de Bayas. Las fotos están capturadas de un Dvd que reparte un periódico regional. Espero que no les parezca mal y me demanden por ello. A mi también me ha llevado mi trabajo el seleccionarlas y cambiarles el formato, así que las puedo considerar como mías.

El Sablón o Playón de Bayas desde la cabecera de la pista del Aeropuerto

 

El Sablón, la playa más extensa de Asturias

 

El Sablón desde la zona de Los Quebrantos, en el concejo de Soto del Barco

 

Volando sobre las olas

 

Requexines, la zona nudista de la playa

 

Curiosas formaciones rocosas

 

En Canarias lo llamarían Roque

 

La peña La Deva en una visión insólita

 

Cientos de aves anidan en las rocas de La Deva

 

Ensenada oculta en el interior de la isla

 

Girando hacia el nordeste, acantilados

 

La Punta Vidrias, y al fondo, La Deva

 

El Reguero

 

El Reguero y el Saladorio

 

Por la izquierda va apareciendo la playa de Munielles

 

Munielles y el Saladorio

 

Munielles, y al fondo se extiende la costa hacia la playa del Espartal

 

La playa de Munielles, no la cambio por ninguna otra

 

Playa de la Estrella, o la Mina

 

Aquí se termina la costa de Bayas, pasamos a Bahínas y luego a Santa María del Mar.

 

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